Estamos acostumbrados a ir al médico,
psicólogo/a… cuando tenemos un problema. La asociación es clara: Vamos al médico cuando estamos enfermos. Y, acudimos al psicólogo/a cuando no nos sentimos bien.
Pocas veces nos paramos a pensar si la intervención tanto de un médico o un psicólogo/a pueda tener otra función: La de PREVENIR.
Al igual que practicar deporte, cuidar la
alimentación y mantener unos hábitos saludables de vida previene la futura
aparición de enfermedades; desarrollar nuestra inteligencia emocional previene
el desarrollo de trastornos psicológicos.